domingo, 9 de febrero de 2014

Con mala salud, pero fuera de peligro




        Si tomamos como referencia el 15 de Junio de 1.977 que fue la fecha de la celebración de las primeras elecciones democráticas desde antes de la Guerra Civil, diremos que la Democracia Española cumplió treinta y seis años el pasado verano, con lo cual, existe una generación ya en edad adulta que ha nacido en un país donde prevalecen los derechos y las libertades de todos los individuos, y muy alejado ya de regímenes autoritarios. Es por eso que me resulta tan absurdo seguir escuchando en boca de muchos políticos que nuestra Democracia está en peligro. Me parece ridículo y hasta ofende mi inteligencia que pretendan asustarnos como a niños cuando se les dice que viene el lobo. Ya basta. No traten de taparnos la boca sirviéndose de semejante amenaza cuando sabemos que es precisamente la conciencia de una Democracia firme, segura y establecida, lo que nos está ayudando a salir del pozo donde nos encontramos a pesar de que el agua nos llega al cuello. Yo siempre digo que sólo hay dos formas de hacer las cosas: bien o mal, y el ejercicio de la política es un trabajo como otro cualquiera. Ideologías y partidos políticos aparte, ustedes, señores políticos, trabajan para los demás como cualquier hijo de vecino, o sea, que tienen que producir, crear, o vender un producto... ¡Pues cumplan con su deber y háganlo bien sin recurrir a las amenazas! ¿Cómo? Les voy a dar una pista: no tomen por imbéciles a los consumidores. Cuando lleven a cabo su trabajo, tienen que hacerlo siempre desde el respeto, en la seguridad de que el consumidor sabe reconocer la calidad y valorarla. Además, esa persona anónima que les paga por el producto merece lo mejor. Con lo cuál, pónganse a trabajar y hagan las cosas como es debido, que para eso se les paga. ¡Joder!